Venezuela ha perdido casi el 60% del tamaño de su economía desde el año 2012. Un país en el cual la renta petrolera genera el 96% del ingreso en divisas, también ha sufrido un continuo declive en su producción de petróleo, cifras OPEP y analistas privados la ubican actualmente en solo 1,6 mdbd.
En este contexto, con una severa crisis política, perdida de libertades, y sanciones económicas por parte de EE.UU. al régimen de Nicolás Maduro, el país queda cada día más aislado financiera e internacionalmente.
Como podemos ver en la siguiente imagen, Venezuela tiene hoy más de 2.000 millones de dólares en default financiero (años previos se incumplieron deudas internas con contratistas – proveedores nacionales y posteriormente compromisos de pago con proveedores comerciales internacionales). Hasta la fecha son 17 los bonos que se encuentran vencidos, 2 títulos en período de gracia, y ahora se podría sumar a la lista el Bono Elecar 2018.
Recientemente una nota de Bloomberg y el WSJ, indicaban un supuesto pago de Venezuela a Goldman Sachs Asset Management, por los controvertidos Bonos adquiridos por esta firma en forma directa en mayo del 2017, a los cuales el mercado denomino “Los Bonos del Hambre”, de ser cierto, confirma la discrecionalidad que existiría en cuáles son las deudas que se pagan y cuales no.
Como se puede ver en el gráfico a continuación, a partir del mes de agosto y hasta el mes de diciembre 2018, Venezuela tiene importantes vencimientos y compromisos que tendrán maduración, montos significativos si se consideran los niveles de Reservas liquidas y operativas que muestran los Balances del BCV.
Por tanto existe la probabilidad pase de estar en un “default selectivo”, a un llamado “hard default”, que sería un impago generalizado.
Sin embargo, siguen existiendo algunos fondos de cobertura e inversionistas profesionales, que piensan que dado los precios actuales y los elevados rendimientos corrientes, la deuda externa Venezolana representa una oportunidad a largo plazo.